domingo, 4 de julio de 2021

SALAMANCA RESPIRA FÚTBOL

Se acaba la Eurocopa, y nuestra Selección ya conoce desde ayer quién será su rival en semifinales: la Italia de Roberto Mancini.
La Roja ya se ha cruzado más de una vez con los italianos, dando lugar a un partido que se ha convertido ya en un habitual de la competición europea: esta es la cuarta edición consecutiva en la que se produce este emparejamiento.

Uno de los momentos más impactantes de esta rivalidad está fechado, sin duda, en el verano de 1994. En el Mundial de Estados Unidos, España e Italia se veían las caras y peleaban por una plaza en las semifinales de aquel torneo. El central Mauro Tassotti y el actual seleccionador español tuvieron un encontronazo que podría haber cambiado el curso de la historia: Tassotti le propinó un codazo en el área al entonces jugador del Real Madrid que pasó desapercibido para el colegiado rumano encargado de dirigir el partido y que dio lugar a una de las imágenes más reconocibles de nuestro fútbol.

Otro de los momentos de esta rivalidad más recordados por todos los españoles es la famosa final de la Eurocopa 2012, en la que una Selección de ensueño formada por Casillas, Ramos, Xavi, Iniesta y compañía arrasaron con cuatro goles al equipo italiano. Aquel partido significó el cierre de una época gloriosa para nuestro fútbol, ya que desde entonces todo serían actuaciones discretas y muy deshonrosas en las siguientes competiciones, como la Copa Confederaciones en 2013 (derrota en la final por 3-0 ante Brasil) y el Mundial del año siguiente (donde la Roja cayó en la fase de grupos con la mancha de la goleada por 1-5 ante Holanda).

En esos años, quien dirigió el combinado nacional (en sustitución de Luis Aragonés) fue el primero de los protagonistas de hoy: Vicente del Bosque.

Cuando el exjugador del Real Madrid se hizo cargo de la Roja, tenía puestas las bases para llevarla aún más lejos. Fue el responsable de madurar un estilo que ya había fabricado Aragonés desde 2007 y que luego emplearía Guardiola en el Barcelona: el famoso tiki-taka.
Con este fútbol combinativo, muy ofensivo, vistoso y rápido, del Bosque fue partícipe del mayor éxito futbolístico a nivel nacional: el Mundial de Sudáfrica de 2010

España colocaba su estrella de campeona del mundo con un equipo y un estilo de juego que deslumbraban a los espectadores y dejaban casi sin argumentos a los equipos rivales, todo ello sostenido por un salmantino de carácter afable y cercano con una larga experiencia tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

Porque del Bosque no solo entrenó a la Selección. También hizo carrera en el Real Madrid, primero como jugador y luego como entrenador.
La etapa de del Bosque como jugador comenzó en el filial del hoy extinto club Unión Deportiva Salamanca, donde rápidamente se pudo apreciar su talento como centrocampista y se convirtió en máximo goleador con 17 años.
Con el paso de las temporadas, del Bosque acabó recalando en el Real Madrid Castilla, y desde ese filial dio el salto al primer equipo.
Dieciocho años después, del Bosque decía adiós al Real Madrid como jugador con cinco Ligas y cuatro Copas de España en su palmarés.

Tan solo tres años después de retirarse de los terrenos de juego, del Bosque asumió la dirección del filial blanco hasta 1990; y fue el encargado de dirigir al primer equipo en etapas intermitentes entre 1994 y 2003. En esas fechas, cosechó hasta siete títulos, y su última etapa (1999-2003) fue una de las mejores en la historia reciente del club de Chamartín.

Después de una breve aventura en el banquillo del Besiktas turco (2004-2005), del Bosque aterrizó en la Selección para continuar el legado de Aragonés y llevar al fútbol español a lo más alto.

Sus acciones le conllevaron condecoraciones y méritos extradeportivos, como un marquesado, la Real Orden del Mérito Deportivo y la declaración de Hijo Predilecto de Salamanca, la ciudad que le vio nacer y que forjó su espíritu futbolístico.

Mientras del Bosque ocupaba el banquillo de la Selección, otro salmantino hacía lo propio con la banda derecha: Álvaro Arbeloa
Este salmantino de categoría comparte con del Bosque su pasado madridista y un amplio palmarés en el que se cuentan dos Ligas de Campeones, una Liga y dos Copas de España.
Su despunte futbolístico en tierras inglesas jugando para el Liverpool le valió la convocatoria en 2008 bajo el mandato de Luis Aragonés, y Arbeloa repitió con la Selección en las citas de 2010, 2012, 2013 2014.
Su calidad le precede, y le ha hecho ser uno de los jugadores que ha ganado todos los trofeos a nivel nacional y ha quedado cerca de ganar todos los trofeos a nivel mundial y europeo, puesto que el único que le falta es la Copa Confederaciones: en las dos ocasiones en las que participó, quedó tercero (2009) y segundo (2013).
Junto con del Bosque y aquella mítica Selección campeona del Mundo, Arbeloa ostenta la Real Orden del Mérito Deportivo.

El último de nuestros protagonistas, salmantinos que pasaron por la Roja, es Álvaro Benito.
También centrocampista del Real Madrid como del Bosque, su carrera fue bastante menos dilatada por uno de los peores enemigos de los futbolistas: las lesiones.

Debido a una grave lesión de la rodilla izquierda cuando disputaba un encuentro con la selección sub-21, la carrera de Álvaro sufrió un frenazo importante que impidió ver cómo Salamanca exportaba un nuevo talento futbolístico hacia el mundo. 
Aunque intentó recuperar el ritmo de competición en el mismo Real Madrid, en el Tenerife o el Getafe, decidió retirarse en 2003 sin haber demostrado gran parte de su talento jugando para su país.

Salamanca respira fútbol. Y lo más importante, los españoles hemos disfrutado, disfrutamos y seguiremos disfrutando de la calidad de sus jugadores pasados, presentes y futuros.


Salamanca ha dado grandes nombres al fútbol español y mundial


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